Poesía

Entre la debilidad y la fuerza estás vos,
lejos de lo banal.
Entre la calma y la furia estás vos,
cerca de la grandeza,
así como de la frivolidad de la carne.
Entre tu sonrisa de satén y tu camisón de dientes estás vos,
Entre mi boca y mis palabras estás vos.
Y entre todas mis cosas.
Y entre tus piernas estás vos.
Y entre los yuyos estás vos, con todo respeto.
Entre gallos y medianoche estás vos,
dormida y despierta, urdiendo tus ideas.
Entre la espada y la pared estás vos,
blandiendo tu cola de novia contra la locura.
Hablando de locura...
Entre mis sueños locos
y mis despertares hambrientos estás vos,
como una heladera, como un alimento de amor.
Entre el desorden de mis escritos estás vos.
He de buscarte entonces, si un día me faltas,
entre la calma y la furia, y no te hallaré.
He de buscarte entre todas mis cosas,
con igual resultado.
Probaré pues, entre los yuyos, entre gallos y medianoche,
y al no hallarte, sabré entonces, con tristeza,
que en el único lugar en que seguirás estando,
será entre tus piernas.
Entonces te buscaré, sin lugar a dudas,
entre la basura.

Solamente en las noches

escribiendo
he pedido, he perdido.

en esta noche en este mundo
abrazada a vos,
alegría del naufragio.

he querido sacrificar mis días y mis semanas
en las ceremonias del poema.

he implorado tanto
desde el fondo de los fondos
de mi escritura.

Coger y morir no tienen adjetivos.