Dulce asesina

Dulce asesina

Otra copa vacía
y un cigarro encendido...

Una rosa marchita
llora junto conmigo.

Juraría que tu mano ha rozado mi
mi hombro
y tu perfume ruidoso golpea mi rostro.

Esta espera nefasta es como una larva de muerte,
estas horas tan largas me hacen ver mi suerte.

Hay un bar solitario en el tiempo perdido,
es un oscuro escenario de otro intento de suicidio.

Sabes que aquí estoy, soy tu idiota perfecto.
el que creyó ver tu alma y te lleno de "te quieros",
el que siempre estará ahí sin excusa ni pretexto,
el que en sueños te clama y te llora en silencio.

Mi dulce asesina, cazadora furtiva de miserables cansados.
Te llaman ramera, puta maldita,
asesina confesa de mil sueños mojados.

Desnudez maculada de miradas lascivas,
ruinas morales,
carcajadas vacías,
suspiro que gritas entre los arrabales.

De ternura quemante haces falsos derroches,
con caricias expertas haces tocar el cielo
luego con un desprecio,
firmas mis noches.
Dejándome tan cerca del infierno como tu alma de tu cuerpo.

Una mirada compasiva,
es el hijo bastardo de tus instantes de culpa
o quizás solo incrementan el precio de tus ratos
y tus misericordiosas caricias de puta.

Mi dulce asesina,
de perfumes ruidosos,
de alevosas sonrisas.

Aquí sigo esperando
y la esperanza sobrevivirá otro amanecer.
El silencio del tiempo me esta torturando
y se acerca lento el aliento del anochecer.

Burdo intento de vida,
baratas imitaciones de amor.
malnacidos cantos de dolor
y mas copas vacías.

Mi dulce asesina,
la que adorna mis noches con rosas marchitas.
Cazadora furtiva y desalmada
homicida confesa de mis horas calladas.