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Datos básicos

En mi vida guardo siete sueños que jamás se cumplieron, aunque uno de ellos aún lo persigo. También guardo otros tres que llegué a alcanzar, y aquel que me defraudó. Guardo una sonrisa pícara y una mirada traviesa. Ambas me hicieron enloquecer. Guardo unas seis miradas cómplices, y las tres o cuatro veces que me sonrojé. Guardo una noche sin dormir, tumbado en la arena a la orilla del mar. Guardo un imposible que acabó siendo posible, y dos posibles que se volvieron imposibles. Y la incertidumbre que los provocó. Guardo aquel Te Quiero suicida, a una persona que me quería, aunque no como yo quería. Guardo también dos que jamás debí decir, y otro que nunca salió de mis labios, pero sí de mi mirada. Guardo un montón de caricias, y aún siento las dos que me hicieron estremecer. Guardo una promesa que no pude cumplir. Desde entonces las cumplo todas, incluso aquellas que no quise hacer. Guardo casi veinte abrazos inolvidables, tres de ellos que jamás volveré a tener, porque las personas a las que se los di, ya no están aquí. Y otro que deseé que se volviera infinito, y la infinidad duró un solo segundo. Guardo una mentira y una verdad. Y nunca sé cual es cual. Guardo medio millón de lágrimas derramadas. La mitad de ellas de dolor. La otra mitad de alegría. Pero todas ellas sinceras, pues jamás he sabido fingir una lágrima. Guardo los cinco poemas que escribí. Y los tres cuentos. Y las doce historias. Guardo tres ángeles que me cuidan desde el cielo, y una oración para cada uno de ellos. Guardo más de veinte errores que volvería a cometer, pues todos ellos me han traído hasta aquí. Guardo dos amaneceres cogidos de la mano de los tres anocheceres que nunca olvidaré. Guardo más de tres mil besos. Aún me acuerdo de todos ellos, pero solo cuatro están guardados bajo llave en mi corazón. Guardo diecinueve veranos llenos de sol. Quince inviernos fríos y tres cubiertos por un manto de nieve. Veintiún primaveras de lluvia y ciento veintidós arco iris iluminándolas. Y un otoño que jamás volverá. Guardo la primera vez que vi aquella sonrisa, y esos ojos sencillamente increíbles. Guardo la última palabra que salió de aquellos labios, y las lágrimas que no derramé. Guardo el momento en que escuché aquel primer Te Quiero. Y el anhelo de escucharlo de otros labios. Guardo las cien mil palabras que dije sin sentir, y las que sentí y nunca llegué a decir. Esto es todo lo que guardo de mi vida. Ni siquiera sé si es mucho. Tampoco sé si es poco. No sé si es bueno, ni sé si es malo. Pero sí sé que jamás lo cambiaría por lo que pudiera guardar en cualquier otra vida.

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